Escuelas y enseñanza
La Iglesia, madre y maestra de la verdad, manda recordar a los padres de familia recordar su deber de dar a los hijos una buena educación. Sobre todo religiosa y moral, ya que toda la obra de la educación está ligada íntima y necesariamente al fin último de la vida humana: la felicidad eterna. El Papa Pío XI recuerda la importancia primordial de esto:
De hecho, dado que la educación consiste esencialmente en la formación del hombre, enseñándole lo que debe ser y cómo se debe comportar en esta vida terrenal para alcanzar el fin sublime para el que fue creado, es claro que no puede haber una verdadera educación que no esté totalmente dirigida hacia este último fin. Pero también, en el orden presente de la Providencia, es decir, desde que Dios se reveló en su Hijo unigénito, el único que es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6), no puede haber educación completa y perfecta fuera de la educación cristiana.”
Así pues, vemos en esto la importancia suprema de la educación cristiana, no sólo para cada individuo, sino también para las familias y para toda la comunidad humana, cuya perfección necesariamente va en proporción directa a la perfección de los elementos que la componen.
De la misma manera, los principios enunciados resaltan clara y evidentemente la excelencia, podríamos decir incomparable, de la obra de la educación cristiana. Porque tiene como objetivo, en el fondo, garantizar a las almas de quienes son objeto de ella el poseer a Dios, el Bien Supremo, y a la comunidad humana el máximo bienestar alcanzable en esta tierra. El hombre puede lograr esto de la manera más eficaz posible cuando coopera con Dios en el perfeccionamiento de los individuos y de la sociedad.
La educación, de hecho, imprime en las almas la primera y más poderosa dirección en la vida, y la más duradera [...]. Esto es lo que hacía decir con razón a San Juan Crisóstomo: “¿Qué hay de más grande que gobernar las almas y formar a los jóvenes en las buenas costumbres?”
La Fraternidad Sacerdotal San Pío X se ocupa de esta obra capital, a través de su obra escolar: escuelas primarias, secundarias y bachilleratos e institutos universitarios.