La Fraternidad San Pío X y Roma
La Fraternidad Sacerdotal San Pío X es una obra de la Iglesia. Nació providencialmente en la Iglesia y para la Iglesia. Recibió la aprobación oficial del Obispo de Friburgo el 1° de noviembre de 1970. El 18 de febrero de 1971, Monseñor Lefebvre recibía una aprobación laudatoria de la Congregación del Clero, de Su Eminencia el Cardenal Wright, Prefecto de este dicasterio, y firmada por el Secretario de esta misma Congregación, Su Excelencia Mons. Palazzini.
En 1974, dos visitantes apostólicos, Mons. Albert Descamps, Secretario de la Comisión Bíblica y Mons. Guillaume Onclin, Secretario Adjunto para la revisión del derecho canónico, llegan a Écône. Los Prelados escandalizan a los seminaristas y a los profesores del seminario por su actitud y sobre todo por sus declaraciones teológicas. Después de esta visita, Mons. Lefebvre redacta una declaración con fecha 21 de noviembre de 1974, que manifiesta su elección de fidelidad a lo que la Iglesia siempre ha hecho y profesado:
Nos adherimos de todo corazón y con toda nuestra alma a la Roma católica, guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias para mantener esta fe, a la Roma eterna, maestra de sabiduría y verdad.”
Nos rehusamos en cambio y siempre nos hemos rehusado a seguir la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y después del Concilio en todas las reformas que de él surgieron.”
"Sin ninguna rebelión, ninguna amargura, ningún resentimiento” Mons. Lefebvre continúa su obra de formación sacerdotal. Pero en 1976, por negarse a aceptar la nueva misa y las reformas conciliares, Mons. Lefebvre recibe el golpe de una suspensión a divinis.
De 1976 a 1988, a pesar de las dificultades canónicas y el desastre de la “Iglesia conciliar”, la Fraternidad continúa desarrollándose y extendiéndose por todo el mundo.
En 1988, al ver que la situación de la Iglesia no hace más que empeorar, escandalizado por la reunión ecuménica de Asís en 1986, Mons. Lefebvre decide consagrar Obispos para asegurar la perennidad de su obra.
Después de algunos meses de diálogo con las autoridades romanas y a pesar de la esperanza de llegar a un acuerdo, Mons. Lefebvre comprende que está siendo engañado por la falsa promesa de un sucesor. Asistido de Mons. de Castro Mayer, quien llegó expresamente de Brasil, consagra cuatro Obispos el 30 de junio de 1988.
El 1° de julio de 1988, se publica un decreto de excomunión. Mons. Lefebvre y la Fraternidad consideran este decreto de excomunión inválido, en particular a causa del estado de necesidad en el que se encuentra la Iglesia. El 21 de enero de 2009, el decreto de excomunión de los cuatro Obispos consagrados por Mons. Lefebvre será retirado mediante otro decreto, por mandato del Papa Benedicto XVI.
Desde el año 2000 y la peregrinación de la Fraternidad San Pío X a Roma, con motivo del jubileo, los contactos entre Roma y la Fraternidad se reanudan. Tienen lugar discusiones esencialmente doctrinales, pero también canónicas. Sin embargo, la nueva misa de Pablo VI y las reformas litúrgicas y teológicas del Vaticano II continúan siendo un obstáculo mayor.
Detrás de la cuestión del estatuto canónico de la Fraternidad, se oculta el verdadero problema por el que atraviesa la Iglesia en la actualidad. Desde el Concilio Vaticano II, de hecho, sopla un viento revolucionario que corrompe la fe, el culto y la moral. Solo el regreso de los hombres de la Iglesia a la enseñanza bimilenaria y a la Misa de siempre podrá disipar el “humo de Satanás” que se ha introducido hasta en el santuario.