Casas de ejercicios espirituales

En un mundo desorientado, recogerse sobre lo Esencial, es decir, nuestro destino eterno y las grandes verdades divinas, es más necesario que nunca.

“Venid a mí todos los que andáis agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis el reposo para vuestras almas. Porque suave es mi yugo y ligero el peso mío.” (Mt 11, 28-30).

Fiel a su Esposo, la Iglesia hace compartir sus tesoros de gracias y de bendiciones durante los retiros espirituales. Éstos van dirigidos a todas las almas de buena voluntad.

Por ser una verdadera síntesis de la vida cristiana, los Ejercicios espirituales, según el método de San Ignacio de Loyola, ofrecen por excelencia la ayuda y el socorro necesarios para vivir como un verdadero cristiano, discípulo de Cristo, y lograr las beneficiosas conversiones de la vida y de las costumbres.

Nuestras casas de ejercicios espirituales proponen, a lo largo de todo el año, retiros de acuerdo al método y el espíritu de San Ignacio. Ofrecen también la posibilidad de tomar retiros marianos o de vida cristiana.
 

Ahora, sé valiente, ¡pobre hombre! Deja un poco tus ocupaciones, escapa durante un momento del tumulto de tus pensamientos. Deja de lado tus preocupaciones. Da un poco de tu tiempo a Dios, y repósate en Él.” (San Anselmo).
 

Como una madre acaricia a su hijito, así yo os consolaré a vosotros...” (Isaías 66, 13).

A toda persona que sigue los ejercicios espirituales durante por lo menos tres días, la Iglesia concede una indulgencia plenaria (remisión total o parcial de las penas temporales por los pecados ya perdonados, según las disposiciones del alma).