Sanciones romanas
En octubre de 1974, cuarenta nuevos candidatos se presentan a la puerta del seminario. Écône cuenta entonces con 130 aspirantes al sacerdocio, sin considerar a los cinco postulantes a hermanos. Pero, de pronto, llega la tormenta. El 11 de noviembre de 1974, dos Visitantes Apostólicos llegan a Écône.
Estos dos prelados, Mons. Descamps y su secretario, Mons. Onclin, hacen declaraciones que conmocionan a los seminaristas, al sostener que "la ordenación de personas casadas era normal", añadiendo que ellos "no admitían una Verdad inmutable" y finalmente manifestando "dudas sobre la manera tradicional de concebir la Resurrección de Nuestro Señor"... Escandalizado por esta actitud, y no queriendo colaborar con lo que el Papa Pablo VI llamó ya la "autodemolición de la Iglesia", Mons. Lefebvre redacta y publica su famosa declaración del 21 de noviembre de 1974.
Las sanciones
El 13 de febrero de 1975, Mons. Lefebvre es invitado a "hablar" con los miembros de una comisión de tres cardenales (Sus Eminencias Garrone, Wright y Tabera). Sólo cuando se encuentra frente a ellos comprende que se les ha encargado informarle sobre un proceso contra él, y esto, sin que él hubiera tenido conocimiento de la jurisdicción de ningún "tribunal". Él "comparecía" una segunda vez el 3 de marzo siguiente. El 6 de mayo de 1975, sin que se hubiera realizado ningún juicio, la Fraternidad es ilegalmente suprimida por Mons. Mamie, sucesor de Mons. Charrière en la sede de Friburgo; siendo la sentencia "efectiva inmediatamente". De un día para otro, Mons. Lefebvre debe abandonar a 104 seminaristas, trece profesores y al personal, en el acto, ¡y esto a dos meses del fin del año escolar! Estamos a 8 de mayo de 1975, proclamado por el Santo Padre ¡"año de la reconciliación"!
Luego de haber apelado contra esta injusticia, Mons. Lefebvre lleva todo el seminario en peregrinación a Roma por el Año santo. La Fraternidad cuenta en 1975 con unos quince sacerdotes y un obispo.
Durante el año de 1976, frente la tranquila resistencia de "el Obispo de hierro", se toman entonces medidas más radicales: bloqueo (ilegal) del recurso interpuesto por Mons. Lefebvre a la Signatura Apostólica sobre la intervención del Secretario de Estado, el Cardenal Villot; carta de la Secretaría de Estado para las conferencias episcopales de todo el mundo mediante la cual se invita a los Ordinarios a no incardinar en sus diócesis a los candidatos de la Fraternidad San Pío X; en fin, amenaza de sanción si Mons. Lefebvre procede a realizar las ordenaciones sacerdotales al final del año. El nudo en torno al cual se juega a partir de ese momento "el drama de Écône" es la aceptación explícita de todo el Concilio Vaticano II, de todas sus decisiones y de las reformas que han resultado de él, comenzando por la aceptación de la nueva misa. Habría bastado con que el Obispo aceptara concelebrar una sola vez en el nuevo rito, y toda dificultad habría sido allanada.
Verano caliente
Viene el verano de 1976, el célebre "verano caliente". Después de ordenar a doce sacerdotes el 29 de junio, Mons. Lefebvre recibe el golpe de una "suspensión a divinis." Una sanción que, observa él con humor, le impide decir la misa... ¡nueva! El 29 de agosto de 1976, acude a Lille para celebrar allá la Misa ante miles de fieles. Ahí pronuncia un sermón rotundo que aparece en seguida en primera plana en los periódicos. Cf. texto íntegro del sermón.